Hola!. Estoy nuevamente contigo MUJER.
Quiero hoy recordarte, cerca de Semana Santa, que, aunque te parezca mentira, tiene mucho que ver la ESPIRITUALIDAD con la VIOLENCIA.
Yo te he dicho muchas veces en mis escritos, que soy católica. Eso no importa, si tú no lo eres, lo que me encantaría, es que te aferres a tu FÉ.
Debes entenderlo y grabarlo bien en tu cerebro y en tu corazón, que, además de la ayuda que, sin dudar te va a prestar la gente que te quiere y debes confiar en ellos, es muy importante que tu religión te ayude a entender y conseguir cosas, para tu vida, que sin espiritualidad, no las encausarás, tal vez, con tanta precisión.
No sé si practicas algunas veces el ayuno, te cuento, a continuación de mis palabras, lo que dice mi Iglesia al respecto.
Los católicos, aprovechamos esta Cuaresma hasta Semana Santa, para hacer LIMPIEZA DE ALMA.
No todo pasa por lo material, lo mundano, lo trivial y lo aparente; las cosas profundas que nos suceden a diario, ( más cuando está instalada la VIOLENCIA FAMILIAR O DE GÉNERO ), no nos permiten alimentar nuestro espíritu, todo sucede tan rápido, intrépidamente, continuamente, que poco o escaso tiempo le dedicamos a la espiritualidad, DEBIERA SER AL REVÉS, es el instante en que más necesitamos saber dónde estamos parados, lo que debemos hacer y apegarnos a nuestras convicciones, pese a todo lo que pasa a nuestro alrededor.
Empieza, MUJER, a refugiarte en tu FÉ: ES LO QUE NUNCA FALLA. ES LO QUE MÁS TE VA A AYUDAR A SALIR DE LA SITUACIÓN DE MALTRATO QUE VIVES!.
Dale tiempo a tu FÉ, DIOS NO TE PIDE MUCHO.
Pesea que DIOS NO TE PIDE MUCHO, por favor!, tenlo SIEMPRE PRESENTE: HABLES, NO HABLES, DISCUTAS O NO, TE VAYAN PASANDO COSAS MALAS O NO, TENLO PRESENTE!.
Verás que te ayuda, aporta y mucho a esclarecer tus pensamientos, para que obres con intuición.
Tú, MUJER, debes actuar, que lo tengas presente, en todo momento, a DIOS, no significa quietud de tu parte, pero verás cómo te guía y encausa todo, como tiene que ser. Tal vez no es como vos lo querés!. Pero, será sin dudas, como mejor te conviene a vos aunque no te das cuenta ahora.
Por favor!, dale espacio a tu FÉ!
NO TE ARREPENTIRÁS!.
Si en algo te sirve lo que hacemos en la fé católica, úsalo. Con todo aprecio te lo brindo!.
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SEGUIMOS CONTACTADAS: HASTA LA PRÓXIMA!.
· El ayuno de alimentos por motivos religiosos lo encontramos en casi todas las religiones, también en el pueblo de Israel, y, por supuesto, en la Iglesia desde los primeros siglos. Los cristianos:
– En el prefacio III de Cuaresma, damos gracias a Dios porque: «Con nuestras privaciones voluntarias nos enseñas a reconocer y agradecer tus dones, a dominar nuestro afán de suficiencia, y a repartir nuestros bienes con los necesitados, imitando así tu generosidad».
– Para que éstos sean los tres valores del ayuno, hemos de buscar que no queda en algo externo y superficial, sino que suponga una privación voluntaria y dolorosa; hemos de vivirlo como ayuda para reconocer que todos los bienes son regalo del Señor; y, sobre todo, lo hemos de llevar a cabo para entregar a los demás, sobre todo a los pobres, aquello de lo que nos privamos con ese sacrificio.
· El contenido del ayuno no lo podemos reducir a la privación de alimentos. En la primera lectura, el profeta Isaías:
– Ha denunciado, de parte de Dios, el ayuno del pueblo de Israel, porque es un ayuno falso e hipócrita. Ayunan, pero para acaparar el fruto de su ayuno y para exigir a los deudores, incluso por medios violentos, la devolución de lo que deben. Éstas han sido sus palabras: «Mirad, el día de ayuno buscáis vuestro interés y apremiáis a vuestros deudores, entre riñas y disputas, dando puñetazos sin piedad».
– Nos ha indicado cuál es el ayuno que agrada al Señor: aquél en el que la privación de alimentos lleva a una apertura mayor a los demás, sobre todo a los necesitados. Escuchemos de nuevo al profeta: «El ayuno que yo quiero es éste: Dejar libres a los oprimidos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo».
– Y, como estímulo, nos ha señalado los frutos de este ayuno: en nuestro interior surgirá una luz nueva como la aurora; la justicia irá abriéndose camino entre los hombres; y el Señor responderá a nuestras peticiones, porque nuestra oración brotará de un corazón humilde y confiado.
· El ayuno, sobre todo en Cuaresma, debe ser serio, pero no triste:
– Porque ayunamos para convertirnos a Dios, y el evangelio del miércoles de ceniza nos decía: «Cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará».
– Porque ayunamos como preparación para la Pascua, y la presencia salvadora del Resucitado nos invita, como nos ha dicho el evangelio, no al luto y a las lágrimas, sino al gozo y a la fiesta.
· Al celebrar la eucaristía, pidamos a Cristo eso mismo por lo que vamos a dar gracias: que el ayuno nos enseñe «a reconocer y a agradecer sus dones, a dominar nuestro afán de suficiencia, y a repartir nuestros bienes con los necesitados.
.Fuente:
«CAMINO, VERDAD Y VIDA – Cuaresma – Semana Santa» por Fray Elías Cabodevilla Garde
publicado por la Editorial San Pablo
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